No es infrecuente que las necesidades de insulina de su perro cambien, incluso después de un largo periodo de estabilidad. Lo más frecuente es que esto se deba a:
Esta es la razón por la que es importante seguir monitorizando los progresos de su perro diabético (incluso después de meses o años de tratamiento) y consultar con su veterinario si se dan cambios repentinos o si sucede algo inusual.
Puede que su veterinario le pida que compruebe regularmente las concentraciones de glucosa (y de cuerpos cetónicos) en las muestras de orina y/o de sangre. Esto proporciona una indicación de cómo va controlando a su perro. Basándose en estos resultados, su veterinario puede decidir llevar a cabo una curva seriada de glucosa en sangre para determinar la nueva dosificación de insulina.
No debería modificar la dosis de insulina sin antes consultar con su veterinario.